Por: Oswaldo Reques Oliveros Fecha de publicación: 30/03/09
Convencidos de la ignorancia e inculta que es la clase media que apoya a la oposición venezolana, que tiene como máximo exponente de sus ideas a Manuel Rosales, famoso por no lograr hilar más de un párrafo sin decir barbaridades, estos dos personajes mantienen discursos distintos en las entrevistas que dan a los medios, a los argumentos esbozados en los libros que escriben. De allí podrían sacarse dos deducciones: 1) los libros no los escriben y tan siquiera los revisan antes de poner sus nombres para comercializarlos o; 2) una cosa dicen en los medios, bajo el lema de que las palabras se las lleva el viento y la memoria es frágil en grandes sectores de nuestra población, pero otra cosa es lo que queda escrito en los libros, que permanecerán en el tiempo y les interesa que en el futuro, se pudiese tener una visión de ellos, como personas objetivas y comprometidas con la seriedad de sus investigaciones. Dos ejemplos, podrían servir, aunque no los únicos, para ilustrar lo dicho: en el libro de Petkoff “Las Dos Izquierdas”, publicado por Alfadil Ediciones en el 2005, p. 111, Teodoro dice que: “en los medios de comunicación social privados de Venezuela no existe libertad de expresión ni Democracia para los periodistas, sino que hay una dictadura de los dueños de los medios, quienes deciden qué será publicado”. Esta verdad, fruto de sus experiencias como Director de “El Mundo” y del manejo que le da a su propio periódico “Tal Cual”, sería muy interesante que la expresara en un canal como Globovisión, en el que tiene asiento fijo, o que lo hubiese dicho en la reciente reunión de la SIP, que reúne a los propietarios de medios de comunicación del Continente y en la que mantuvo una activa participación. Claro, eso parecería una incoherencia con la conducta de aquel que siempre vivió engañando a la izquierda venezolana, mientras pasaba información a la CIA y quien se escapó misteriosamente de una fortaleza como el Cuartel San Carlos de Caracas, mientras el resto de los presos políticos apenas tomaban sol. La mentira fue la forma de vida que le garantizó una respetable posición a nivel internacional como “persona de avanzada”, hecho que ya no fue necesario sostener, cuando su padre putativo (quien durante su primer gobierno hizo con él, el montaje al que nos referimos del Cuartel) lo adoptó en el seno de su Gobierno, para que condujera los destinos de Venezuela entre 1994 y 1999. Luego los medios le dieron su lugar para que dirigiera a uno de sus emblemas (El Mundo) y lo financiaron finalmente para que le revelara al mundo, lo que muchos siempre supimos: que era parte de ellos. Por otra lado, el insigne Ministro de Carlos Andrés Pérez, Moisés Naim, quien no desperdicia especio a nivel internacional para malponer a Venezuela y al proceso que en ella se vive, también busca, no comprometer su pase a la Historia, como un respetable investigador y al igual que su colega Petkoff, una cosa dice en lo que se llevará el viento (los medios) y otra, lo que quedará para la Historia (los libros). En la página 47 de su libro “Ilícito” publicado por Editorial Random (Colección Debate) del año 2006, cuando se refiere al tráfico de armas y drogas dice: “El efecto puede ser aún más marcado en el ámbito regional, especialmente en las regiones remotas o en las que cruzan fronteras. En muchos países los gobiernos locales resultan presa fácil para la redes delictivas que buscan una base de operaciones cómoda y flexible”. Sería interesante una conferencia organizada por una cosa de esas como el IESA, en donde invitaran al señor Naim a hablar de la descentralización y la necesidad de defenderla a toda costa, ante la “barbaridad” del Gobierno Nacional de retomar el control de servicios de interés para la Seguridad Nacional, como son puertos y aeropuertos, que han estado en manos de administraciones locales, sin que hayan tenido la capacidad de controlar estos flagelos. Más adelante, en la p. 48 le pone la guinda al pastel al expresar: “Cuando Colombia descentralizó la autoridad del gobierno en favor de las administraciones locales a principios de la década de los 90, este hecho se convirtió en una gran ventaja para las redes de traficantes, que ahora sencillamente podían nombrar a sus propios alcaldes, gobernadores y jueces (...) En su informe anual de 2004 al Congreso estadounidense, la CIA anunció que había identificado cincuenta regiones en todo el mundo sobre los que los gobiernos centrales ejercían poco o ningún control, y donde los terroristas, contrabandistas y delincuentes transnacionales disfrutaban de un entorno acogedor”. El libro no tiene desperdicio, pues luego dirá que los medios de comunicación privados regionales también son presa fácil de los grupos de traficantes, quienes terminan comprándolos y usandolos para las campañas electorales que llevarán a sus candidatos a ser alcaldes o gobernadores. Como se verá cualquier parecido con nuestra realidad, es pura coincidencia. Ahora por qué Petkoff y Naim actúan así, porque son mercenarios, quienes están a la orden del que les paga y para qué les paga, sin embargo, conservan el ego de querer trascender en la Historia como aquellos que dijeron grandes verdades para la humanidad y no se resisten a dejar de escribir en libros certezas, que sólo desconoce la desinformada, inculta e ideologizada (idiotizada), a través de los medios privados de comunicación, clase media venezolana de la oposición, quienes cuentan con un maestro, como Globovisión.
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